El viaje donde todo comenzó: lo que J. K. Rowling nos enseñó sobre ideas que conectan

Por Belén Naverán

En 1990, una mujer llamada J. K. Rowling estaba sentada en un tren que iba de Mánchester a Londres.

Fue en ese momento, mientras observaba el paisaje, cuando la idea de un niño huérfano que descubre que es un mago comenzó a formarse en su mente.

Sin papel ni bolígrafo, pasó las cuatro horas de viaje desarrollando el concepto y todos los detalles en su mente. Creando los personajes y el mundo mágico internamente, ese mundo que millones de personas llegarían a amar.

Pero aquí está lo interesante: cuando finalmente completó su primer libro, fue rechazado por 12 editoriales antes de que una pequeña editorial aceptara publicarlo.

¿El resultado? Una serie que conectó con lectores de todas las edades, convirtiéndose en un fenómeno mundial.

La clave de su éxito no fueron solo las varitas mágicas o los hechizos, sino las historias de amistad, lucha y superación que resuenan en cada página.

Y es que como profesionales o marcas, a veces olvidamos que nuestros clientes también están buscando una historia con la cual identificarse. Una buena historia no solo informa, también inspira, crea empatía y transforma un producto o servicio en algo que realmente conecta con las personas.

Esto es lo que diferencia una comunicación genérica de una que deja huella: las historias bien contadas. Ya que tienen el poder de transformar simples informaciones en emociones, y es precisamente esa conexión emocional la que motiva a las personas a actuar.

Si alguna vez has sentido que tus clientes no están del todo enganchados o que tus mensajes se pierden en el ruido, probablemente lo que falte sea una buena narrativa.

Como demostró J.K. Rowling, las historias tienen el poder de cambiarlo todo. Con ellas, puedes diferenciarte, conectar y vender. Porque al final del día, la gente no recuerda datos o características, recuerda cómo les hiciste sentir.

Y con eso creo que te puedo ayudar.

Mi especialidad es escribir historias que conecten. Ya sea a través de una serie de emails, textos web o anuncios.

En definitiva, crear contenidos que no solo hablen de lo que ofreces, sino que también conecten con tus clientes y esto se transforme en ventas.

Puedes contactar conmigo haciendo clic en el siguiente enlace para valorar cómo puedo ayudarte.

Y recuerda que las historias no solo venden, también crean lealtad y construyen relaciones. Quizá este es el momento de empezar a contar la tuya.