El secreto detrás del café más familiar del mundo
Por Belén Naverán
A principios de este siglo, un café en Seattle hizo algo que nadie esperaba. En lugar de solo enfocarse en el sabor de su café, empezó a priorizar otra cosa: la experiencia multisensorial de sus clientes.
Una parte esencial de esa experiencia fue un simple sonido.
Ese inconfundible "pshhhhh" de la máquina de espresso mientras prepara tu café.
¿Te suena?
Lo curioso es que trabajaron intencionalmente para estandarizar ese sonido en todas sus cafeterías del mundo.
¿Por qué?
Porque sabían que, al repetir esa experiencia familiar en cualquier parte del mundo, sus clientes sentirían una conexión inmediata con la marca. Ese sonido se convirtió en un ancla emocional: un recordatorio de momentos reconfortantes y un entorno donde siempre se sabía qué esperar.
Por si aun no lo has adivinado, se trata ni más ni menos que de Starbucks.
Ya que ellos tenían claro que la repetición no solo construye hábitos, también construye confianza y afinidad.
Y es que en el mundo del marketing, la familiaridad tiene un poder inmenso para conectar con los clientes, fidelizarlos y hacer que vuelvan una y otra vez.
Al igual que el sonido del espresso de Starbucks, tu negocio puede encontrar ese “detalle familiar” que tus clientes relacionen contigo, tanto si se trata de un mensaje constante, un tono único o una narrativa que les haga volver.
¿Y sabes cómo puedes lograr eso? Con el poder de las palabras repetidas en el lugar correcto. Escribir correos electrónicos que refuercen tu esencia y cuenten historias que tus clientes nunca olviden.
La repetición no es aburrida como se suele creer; todo lo contrario, es la clave para ser inolvidable. Pero requiere intención y consistencia. Si quieres que tus mensajes resuenen y se conviertan en ese "sonido inconfundible" para tus clientes, necesitas una estrategia clara.
Mi especialidad es ayudar a marcas como la tuya a conectar con sus clientes mediante secuencias de emails que no solo informan, sino que crean esa chispa de familiaridad y confianza.
A veces, lo más simple y repetido es lo que más impacto genera. No subestimes el poder de una estrategia consistente en tus emails. ¡Puede ser el detalle que haga volver a tus clientes una y otra vez!